Trabajar con las manos es trabajar con el alma : no hay tocado que pueda reproducirse con exactitud y esa es la magia del fluir con el alambre.
Mi arte no es dibujado previamente. Trabajo en forma directa del corazón al alambre sin escala, sin boceto predictivo: sólo el que marca mi pulso y mi latir.
Cada pieza que diseño es única. Algunos tocados, sobretodo los simétricos, pueden llegar a parecerse muchísimo, casi con exactitud; pero los tocados laterales e irregulares (mis favoritos a la hora del armado), tienen vida propia e identidad.
Cariños, Lu